El Guepardo protagonista de esta acuarela vino desde la parte más al este del paque nacional de Samburu, en Kenia, y nos anticipamos a su llegada haciendole una espera de unos quince minutos. Apareció asomando por detrás de una loma y venía trotando, con un paso ligero, como sabiendo perfectamente a donde se dirigía. Nos mantuvo alerta bastante tiempo ya que parecía alerta y como algo nervisoso, como si algo le preocupase. Yo no caí en la cuenta de que aquel individuo iba escapando de algo, de algo que nosotros también teníamos en mente desde hace un rato y que nno perdíamos de vista: una tormenta que se acercaba por momentos y que iba empujando el aire caliente. El gato sabía que una mojadura era inevitable y me parece que por su actitud no le apetecía nada. Finalmente la lluvia llegó y lo alcanzó todo, guepardo incluído. Aquí hasta los más fieros se mojan.