La primera vez que vi un guepardo delante de mi, a pocos metros, me llamaron la atención dos cosas; su tamaño, más grande de lo que me imaginaba y en segundo lugar lo habituados que están a la presencia de coches de safaris, lo que me entristece un poco. Este guepardo, una hembra adulta, permaneció tumbada largo tiempo y estuvimos observándola cerca de dies minutos, hacerlo más tiempo, a parte de que es molesto para los animales, está prohibido por la guardertía del parque y pueden sancionar al conductor con quitarle la licencia de guía. Justo en el último instante, cuando nos disponíamos a abandonarla, asomó la cabeza un diminuto cachorro. En Kenia, cada minuto surge una sorpresa.
Acuarela sobre papel Canson Moulin du Roy.
30,5 x 40,5 cm aprox