En estas fechas, finales de primavera, nuestros arenales se llenan de aves que se encuentran en pleno paso migratorio hacia sus áreas de cría.  Durante estas paradas en su largo viaje, aprovechan el tiempo al máximo para alimentarse. Todo lo que comen lo transforman en grasa, combustible principal para viajar. En algunos ejemplares, como la aguja colipinta de esta acuarela, el acumulo de grasa es muy evidente, hasta tal punto que parece que les cuesta caminar o incluso levantar el vuelo.