Mi constante empeño por atrapar la luz en el papel se va notando, cada vez más, en mis acuarelas y ésta es la prueba más feaciente de ello.
Estros chorlitos grises pertenecían a un grupo un poco más numeroso de chorlitos y archibebes claros que descansaban en una pequeña isla de arena de playa en el estuario del Miño.
Hice varias anotaciones y un estudio de mayor tamaño posteriormente y de ellos saqué el material necesario para pintar esta acuarela.
Creo que he logrado mi objetivo, que la luz bañase el plumaje de estas dos aves y que esas plumas oscuras, casi negras ayudasen a aumentar el contraste entre ellas y el fondo más luminoso.
Ese fondo es, ni más ni menos, un grupo de juncos verdes reflejados en el agua y distorsionados por las pequeñas ondulaciones en el agua causadas por una ligera brisa que suele acompañar a la marea cuando sube.